lunes, 22 de marzo de 2010

El Ajo de Constanza tiene Futuro con Barbary Plante


La producción de ajo en el valle de Constanza, actualmente enfrenta serios retos y dificultades para mantenerse en un mercado abierto y globalizado, puede mejorar sus posibilidades competitivas, crecer y aumentar su contribución a la economía local y nacional.


El complejo tecnológico Barbary Plante, producto natural y biodegradable que nutre los suelos, reduce el consumo de agua, de insumos químicos, aumenta la productividad, calidad e inocuidad de los productos, pudiera representar la salvación de este cultivo.


Este agroinsumo ha sido aplicado en una parcela de 40 tareas del señor Miquel Quezada, agricultor de experiencia, conocedor del cultivo y que utiliza tecnología avanzada en Constanza.
Al lado de esta parcela, tiene otra sembrada con la misma semilla, la misma edad y con mismo paquete tecnológico. Lo único diferente es el Barabry Plante, como explica Félix Duran, quien tiene nueve años manejando la parcela.

Comentó que la sequía ha generado mayor demanda de agua en el cultivo, pero la zona donde se aplicó el producto conserva humedad en el suelo y las plantas no han sufrido estrés, reduciendo las aplicaciones de riego en esa zona, bajando el costo de agua, agroinsumos químicos y combustible, lo que se ha reducido el costo por tarea de 36 a menos de 20 mil pesos.

En Constanza tradicionalmente el rendimiento promedio en ajo es de ocho quintales por tarea, pero en la parcela con Barbary Plante de Miguel Quezada, se espera un promedio de 12 quintales, con mejor calidad, uniformidad y sin residuos químicos, lo permitirá mejores precios y rentabilidad para los productores.


El desarrollo del cultivo, cuya semilla germinó un 100%, se ha adelantado en por lo menos un mes con relación a cosechas anteriores, las cabezas no se abren, contrario al del lado, donde se murió un 40% de las plantitas, como mostró Duran trasladándose de la parcela con Barbary Plante a la otra donde no se aplico y las diferencias son evidentes y asombrosas, que se perciben hasta por la televisión.


El cultivo tiene cuatro meses y lleva un desarrollo como nunca, generando comentarios, expectativas en otros productores, quienes las visitan con frecuencia para observar su comportamiento con esta nueva herramienta tecnológica.


La aplicación de este complejo tecnológico, como se ha hecho en la finca del señor Quezada, asegura que hay futuro para la producción de ajo en Constanza.

Así que este producto, que no deja ni transmite residuos tóxicos a los alimentos y a la naturaleza, garantiza viabilidad económica y ecológica a los cultivadores de ajo del más hermoso y encumbrado valle intramontano del país.


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