lunes, 7 de diciembre de 2009

Pobreza Encima de la Riqueza del Oro

El oro es sinónimo de riqueza y alta calidad de vida, pero, oh ironía de la vida, muchas familias del entorno de la mina de Pueblo Viejo, Zambrana, Maricao, Las Lagunas, Los Cocaos, Hatillo y otras comunidades de las provincias Sánchez Ramírez y Monseñor Nouel, viven sobre una inmensa riqueza en una pobreza extrema.

Incluso muchas de estas familias vivían literalmente sobre el oro sin saberlo, pero cuando la Rosario Dominicana empieza a explotarlo a partir de 1975, fueron desalojadas masivamente de una zona de 482,600 hectáreas; forzadas a vender bienes y propiedades, dejando atrás el lugar donde nacieron.

La mina de oro, en un caso insólito, de esos que solo se dan en dominicana, quebró y estuvo inactiva por casi 10 años, “porque los precios del oro no justificaban la inversión requerida para extraerlo de las entrañas de la tierra”. En el año el Estado firmó un contrato con Placer Dome, que explotaría la mina.

Placer Dome vendió a la Barrick Gold el derecho de explotación de la mina, firmando en el año 2006 el contrato, estableciendo que el Estado recibirá un máximo de un 25 % de los beneficios netos a partir de la recuperación de la inversión, sin importar que el oro supere los 1000 dólares la onza. La inversión para la recuperación ambiental deberá ser cubierta con los impuestos pagados por la minera.

Actualmente la onza de oro supera los mil dólares. Justifica y es rentable la inversión de 2,585 millones de dólares para sacar 20 mil millones de onzas en 25 años, como establece el contrato del Estado con la Barrick Gold, empresa canadiense fundada en 1983, la tercera minera más grande del mundo, con explotaciones en Argentina, Chile, Perú, Estados Unidos, Tanzania y otros países.

La gente del entorno favorece la explotación del oro de Pueblo Viejo, por el progreso económico y social que supone, pero espera que la Barrick Gold pague una justa y adecuada compensación, que explique qué sucederá con quienes aún viven en la zona, que valore correctamente las propiedades, bienes y lo que implica emocionalmente un desalojo forzoso.

Algunas de estas familias están preocupadas por el desarraigo familiar y emocional que supone tener que salir de donde han vivido siempre; tener que romper con su ambiente y todo lo que esto significa, aunque saben que tendrán que salir de allí por la contaminación, el poder económico e influencia política local e internacional de la Barrick Goldd.

Margarita Díaz, de Paradero, Zambrana, Cotúi, siente que la mina los perjudica, porque el dinero que les pagan por sus propiedades y arraigo es poco, pero no quieren seguir en la zona, por la soledad.
La Barrick Gold parece no importarle las opiniones de la gente sobre las consecuencias de las operaciones mineras, como expresa Lucrecia Hernández, de Zambrana, Cotui, quien expresó temor las enfermedades y la contaminación de las aguas y el medio ambiente.

Ramón Núñez, Agricultor de Zambrana, Cotuí, vive el presente sin esperanza en el futuro, queriendo decir que la gente de la zona se siente asustada y angustiada, porque no sabe qué sucederá con los residentes en el entorno de la mina.

Rafael Pérez, con más de 40 años trabajando agricultura en la zona, expresa que la contaminación provocada por la mina, antes explotada por la Rosario y ahora por la Barrick Gold, ha provocado que hasta los palos se han dañado.

Antonio Rodríguez, agricultor, El Maricao, opina que la comunidad se siente mal, porque la empresa minera, no dice nada ni hace nada para evitar la contaminación de los ríos, las aguas y el medio ambiente.

Raquel Peña Mariano, estudiante de primer año de bachillerato de El Maricao, opina que la mina ha contaminado el ambiente y los ríos de la zona, afectando a toda la comunidad.

El motoconchista Santos Díaz, se quejó de que la mina les ha quitado y dañado su patrimonio, la comunidad donde nacieron, extrayendo la riqueza que representa el oro, dejando solo hoyos, contaminación y algunos empleos,, mientras las autoridades no hacen nada.

José Santos, presidente del Bloque de Organizaciones Campesinas de la Provincia Sánchez Ramírez, favoreció la explotación de la mina, pero entiende que se debe evitar la contaminación, emplear más personas de la zona y compensar a las familias desalojadas y directa e indirectamente afectadas por las operaciones de la empresa.

Víctor Hernández, abogado y dirigente Campesino, también favorece la explotación de la mina, por el desarrollo que genera, pero en desacuerdo con los daños y perjuicios a la provincia y al país, por la contaminación de los ríos, la presa de Hatillo, los daños al turismo ecológico y los pocos empleos que dará a personas de la zona.

El pintor y motoconchita de Cotuí, Rufino Liriano, pidió a las autoridades poner las cosas claras para que a Cotuí no solo le queden hoyos, contaminación y enfermedades, sino que los beneficios lleguen al pueblo pobre.

La profesora de Cotuí Anamaría Vásquez, entiende que en términos ambientales, la explotación de la mina, puede causar muertes y daños a la ciudadanía, porque la empresa no orienta e informa adecuadamente a la población.

La explotación de la mina de oro por la Barrick Gold, supone el desmonte y extracción de la tierra en un área importante, dentro de la cual hay montañas, algunas con bosques naturales y ríos, como el Margajita, cuya contaminación es evidente, por el color amillo rojizo, el cual descarga en la presa de Hatillo, un patrimonio ecológico, económico e hídrico del país.

Rafael Molina, diputado por el Partido Reformista Social Cristiano por la provincia Sánchez Ramírez, está preocupado por el impacto de la explotación de la mina, por lo que en los próximos días someterá un recurso de inconstitucionalidad en contra del adendum firmado por el Estado y la Barrick Gold.

El, como miembro de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados no aprobó el contrato, porque entiende que lesiona el interés nacional y de su provincia sin garantizar una compensación justa a los afectados.

El oro extraído por la Rosario y el que extraerá la Barrick Gold, destruyendo montañas, colinas, países, bosques, valles, ríos, arroyos y cañadas, deja una triste lección: los campesinos de esta zona no tienen dolientes en el Estado y no pueden disfrutar de su riqueza, de su patrimonio natural, ni del ambiente sano, tranquilo y familiar que antes tenían en ese lugar.

Oh ironía de la vida, estos pobres campesinos, nacieron y crecieron encima de la riqueza. Eran los dueños del oro de Pueblo Viejo, pero hoy no tienen nada. El oro se llevó hasta el aire puro y la tranquilidad, dejando solo contaminación, deforestación, desarraigo familiar y aumento de la pobreza extrema en el lugar.

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